Como su propio nombre indica, un lavavajillas es un electrodoméstico encargado de facilitar el lavado de la vajilla. También de otros elementos de menaje que se utilizan en la cocina. Se le conoce también como lavaplatos, y se le encuentra tanto en bares y restaurantes como en domicilios particulares.

 

Está disponible en varios tamaños y capacidades. De esta manera, es posible encontrar uno que pueda caber en el hueco disponible de la cocina. Porque no en todas las cocinas hay espacio para uno de tamaño convencional, que mide 60 cm de ancho, y a veces es necesario uno más estrecho, de 45 centímetros. O uno que ocupe la mitad de altura, y tenga solo una bandeja. Pero estos últimos son menos frecuentes, y únicamente resultan de utilidad para una persona que viva sola.

 

Lavavajillas: cómo funciona y cómo lava el menaje
El mecanismo de funcionamiento de un lavavajillas es bastante sencillo: tras colocar en sus bandejas deslizantes platos, vasos, cubiertos y otro menaje cuando estén sucios, colocar detergente en el espacio dispuesto para ello, cerrarlo y seleccionar el programa, comienza el lavado. Este electrodoméstico utiliza para ello un sistema de circulación de agua a distintas temperaturas, que se pueden seleccionar a voluntad. No obstante, las más comunes son las que utilizan agua para el lavado a 50 y 70 grados.

 

En combinación con el agua, el lavavajillas utiliza un detergente específico, que se libera cuando la vajilla ya se ha mojado al inicio del lavado. Este puede ir precedido, o no, de un prelavado. Después llega la parte del programa en el que la vajilla se enjabona y después se aclara solo con agua. Finalizado el programa, la mayoría de modelos cuentan con un programa de secado. Gracias a él se evita que el agua y el jabón puedan dejar manchas en la vajilla y el menaje.

 

Qué tener en cuenta al comprar un lavavajillas de segunda mano
Lo primero que hay que hacer es comprobar que cabe en el hueco disponible. A continuación hay que revisar el interior para verificar que no hay óxido. Y vigilar que sus mangueras de salida y entrada de agua no estén obstruidas. También hay que comprobar que sus bandejas están en buen estado y que se pueden sacar y meter correctamente de los carriles.

 

Si es posible, hay que observarlo en funcionamiento, para cerciorarse de que funciona como debería. También hay que revisar el filtro y las aspas interiores, para evitar problemas por un mal funcionamiento.