Una silla de paseo es una silla que se utiliza para llevar en ella a niños de corta edad en desplazamientos cortos. Cuenta con unas ruedas pequeñas que facilitan su desplazamiento. Habitualmente son tres o cuatro, y se encuentran situadas en la parte inferior de su chasis. Este tipo de silla se utiliza, por lo general, cuando un bebé es capaz de mantenerse sentado con comodidad. En función de su maduración, esto puede producirse cuando tiene entre seis y nueve meses.

Se emplean durante bastante tiempo, ya que aunque el bebé aprenda a caminar, dado que en sus primeros años lo hace a veces con dificultad y bastante despacio en relación con los adultos, es complicado llevar al niño andando en un desplaza miento muy largo. Así, las sillas de paseo son perfectas para poder llevarlo sin que se canse ni los adultos se retrasen durante los dos o tres primeros años de su vida.

Hay distintos tipos de silla de paseo. Las primeras que se suelen utilizar suelen ser en realidad sistemas polivalentes que en su base están compuestas del chasis, del manillar y de las ruedas. A él que se acopla un capazo de distintos tamaños cuando el bebé es muy pequeño. Después, cuando crece, se retira el capazo, se levanta la parte del respaldo y ya tenemos una silla de paseo. Eso sí, en estos casos la silla es algo más pequeña que los modelos que funcionan únicamente como tales. Esto lleva a que cuando el niño ha crecido un poco es necesario generalmente comprar un modelo más amplio y resistente.

Generalmente, las sillas de paseo son plegables, lo que facilita su transporte y almacenamiento. Además, con el tiempo, la tecnología y materiales empleados para fabricarlas han ido evolucionando hasta conseguir que muchos modelos pesen menos de 8 kilos. Se las puede acoplar distintos complementos, como capotas, barras de seguridad o reposapiés. Incorporan también un arnés de seguridad para sujetar al niño e impedir que se caiga.

Qué tener en cuenta al comprar una silla de paseo de segunda mano

• Revisa las costuras de la silla en busca de roturas en la tela. También el arnés que sujetará al niño que vaya en ella.
• Comprueba que se pueda plegar y abrir con facilidad, y que no ocupa un espacio excesivo plegada.
• Desplázala unos metros para ver que la silla mantiene la dirección recta, y que las ruedas giran correctamente.