Las sillas de ruedas son sillas adaptadas que ofrecen ayuda técnica a las personas con movilidad reducida o problemas en el aparato locomotor, tanto de manera temporal por una lesión como permanente. Aunque lo más común es que cuenten con cuatro ruedas, algunos modelos traen únicamente tres.

 

Características generales de las sillas de ruedas

Las sillas de ruedas pueden clasificarse en dos tipos diferentes, atendiendo a su funcionamiento. En primer lugar, encontramos las manuales, que son aquellas que la persona ocupante debe impulsar por sí misma. Al empujar los aros que van acoplados a las ruedas traseras, estas entran en funcionamiento y se produce un desplazamiento.

 

Dentro de esta categoría encontramos las sillas de ruedas rígidas y las que son plegables. Es decir, que pueden doblarse para ahorrar espacio o facilitar su transporte. Los materiales más comunes con los que se fabrican son el aluminio o el titanio de carbono, ya que resultan muy ligeros, pero ofrecen una buena durabilidad.

 

La segunda opción son las sillas de ruedas eléctricas. En ellas, el funcionamiento se logra a través de un motor que funciona con una batería. Mediante un panel de control es posible manipular la velocidad y configurar otros elementos como el respaldo, el reposapiés o el asiento. Algunos modelos incorporan el sistema de frenos ABS e incluso un navegador por satélite. La comodidad y la facilidad para el desplazamiento son mayores en esta opción.

 

Qué tener en cuenta al comprar una silla de ruedas de segunda mano

Puesto que las sillas de ruedas de segunda mano irán destinadas a una persona con problemas de movilidad, es muy importante asegurarse de que funcionan correctamente y que no se producirá una caída por unas malas condiciones.

 

Si se trata de una versión manual, habrá que verificar el estado de las ruedas, los aros y el asiento. Así identificaremos los desperfectos existentes y el nivel de uso que se le ha dado. Si por el contrario se trata de un modelo eléctrico, será necesario activar todos los mandos para comprobar que funcionan o detectar fallos en los mismos.