Una chimenea, independientemente de su tipo, tiene como misión proporcionar calor, aunque algunas también pueden tener una finalidad únicamente ornamental. Las hay de distintos estilos y tamaños, y en una vivienda pueden instalarse tanto chimeneas de obra como independientes, aunque a no ser que se trate de chimeneas de adorno tendrán que contar con una salida de humos. Esto implica que, aunque mínima, deberá hacerse algún tipo de obra para dotarla de una salida de humo. Sobre todo se instalan en viviendas unifamiliares, y en pisos, salvo las chimeneas ornamentales, no son muy populares.

Tipos de chimenea
Los principales tipos de chimenea que se pueden instalar son los siguientes:

• Chimenea de leña: la más convencional y popular. Funciona básicamente con madera, papeles o carbón. Pueden ser de obra o de hierro forjado, y algunos modelos cuentan con una portezuela para tapar el fuego, lo que reduce la suciedad que generan. Se caracterizan por emitir bastante calor, y por lo general están en casas de estilo rústico.
• Chimenea de gas: estas chimeneas son la evolución de las de leña. Como combustible utilizan el mismo tipo de gas que las cocinas. Su manejo es muy sencillo y encenderlas es tan sencillo como encender un fogón para cocinar. Son regulables, no generan residuos ni casi humo. Se suelen instalar en viviendas de estilo moderno.
• Chimenea de bioetanol: utilizan el bioetanol como combustible, y tienen una instalación tan sencilla que se pueden considerar como portátiles en la mayoría de los casos. No necesitan tiro.
• Chimeneas ornamentales: estas chimeneas simulan el funcionamiento de las chimeneas convencionales, e incluso tienen una especie de llama para que den una sensación más acogedora. Son  eléctricas.

Qué tener en cuenta a la hora de comprar una chimenea de segunda mano

En primer lugar, hay que informarse del tipo de combustible que utilizan, y del nivel calorífico que pueden alcanzar. No será lo mismo, por tanto, comprar una chimenea para una vivienda en un clima frío que para otra en una zona más cálida. También hay que conocer sus dimensiones, para saber si caben en el espacio que tenemos reservado para ella.

Si el modelo elegido tiene tiro hay que revisarlo para comprobar que no tiene fugas ni grietas. Además, si tiene una portezuela que cierra la zona del fuego, hay que asegurarse de que cierra herméticamente. En caso contrario el humo y los residuos pueden salir a la estancia.