Detector metales de segunda mano

Un detector de metales es un instrumento que permite identificar objetos metálicos gracias a impulsos electromagnéticos. Su uso es principalmente como un medio de seguridad, para detectar minas y también para la búsqueda arqueológica de diferentes objetos.

 

Características generales de un detector de metales
El funcionamiento de los detectores de metales consiste en emitir un campo electromagnético desde la bobina al terreno. Cualquier objeto metálico que se encuentre dentro de su radio se carga de energía y emite su propio campo electromagnético.

 

Al suceder esto, la bobina del detector lo percibe y envía una señal para informar al usuario. Existen algunos modelos con varios ajustes que les permiten diferenciar entre objetos que pueden tener algún valor y los no deseados. Estos últimos son por ejemplo los clavos o las tapas de las botellas.

 

En cuanto a las partes que lo integran, estas son la batería, que es la fuente de alimentación; la caja de control, que es donde se localizan los circuitos electrónicos, y el plato, o donde se produce el intercambio de campos electromagnéticos.

 

Ventajas de tener un detector de metales
Los beneficios de contar con un detector de metales es que nos permiten identificar objetos que pueden tener algún tipo de valor y que no se encuentran al alcance de nuestra vista.

 

Sin embargo, como hemos indicado, estos artefactos se utilizan principalmente por motivos de seguridad, así como para la detección de minas o para encontrar objetos de valor arqueológico.

 

Hay que tener en cuenta, además, que extraer objetos de un terreno se considera en algunas zonas del territorio nacional como un atentado contra el patrimonio. Por lo tanto, antes de utilizar uno es conveniente informarse acerca de las limitaciones existentes para su uso.

 

Qué tener en cuenta al comprar un detector de metales de segunda mano
Si queremos adquirir un detector de metales de segunda mano, y si ya nos hemos informado sobre las limitaciones para su uso, habrá que verificar tanto su aspecto externo, para detectar golpes o daños superficiales, y también su funcionamiento. De este modo, se podrá comprobar que tanto la bobina, como la caja de control o el plato funcionan correctamente y cumplen con su cometido.