El Macbook Pro es un ordenador portátil de Apple destinado a usuarios profesionales y domésticos que requieran equipos que proporcionen un rendimiento elevado. Está considerado como el sucesor del PowerBook G4 y se lanzó por primera vez en 2006. Desde entonces hasta ahora ha experimentado varios rediseños. Ha tenido siempre una acogida bastante buena.

 

Se trata de un equipo que, básicamente, incorpora procesadores Intel Core de diversos modelos y familias, según el modelo. Cuenta con teclado retroiluminado y sensor de iluminación. Su pantalla es LED, e incorpora un sensor de caída libre, que hace que cuando el equipo "siente" que cae, retira automáticamente la aguja encargada de escribir en el disco duro.

 

MacBook Pro: su evolución
Cuando se lanzó el MacBook Pro original, su carcasa no era unibody ni tenía el diseño de los modelos actuales. Era bastante distinto en aspecto y componentes. El primero vio la luz con una pantalla de 15 pulgadas, al que meses después se unió uno de 17. No estuvo disponible mucho tiempo, puesto que en 2008 llegó el MacBook Pro con diseño unibody y cuerpo de aluminio, con pantalla de 15 pulgadas.

 

El modelo de 17 con el mismo diseño llegó ya en 2009, con 8 horas de autonomía. Y a mediados de ese mismo año apareció un modelo de 13 pulgadas. Poco después, toda la gama dejó de contar con batería extraíble. Hasta entonces, esta característica era exclusiva del modelo de 17 pulgadas.

 

La pantalla Retina llegó a los MacBook Pro en 2012. En 2013 desaparece la unidad lectora óptica de los modelos de 15 y 17 pulgadas. Los de 13, no obstante, la siguieron manteniendo. Pero solo unos meses más, y ya en 2014 desaparecieron también. En la actualidad, este equipo se sigue vendiendo, y desde entonces ha contado con varias modificaciones menores.

 

Qué tener en cuenta a la hora de comprar un MacBook Pro de segunda mano
Como en todos los casos en los que se compra un ordenador de segunda mano, hay que revisar su carcasa en busca de imperfecciones. En estos casos, comprobar si su batería es extraíble o no también permite saber si el modelo es más o menos antiguo.

 

Tras revisar la pantalla en busca de arañazos y grietas, toca encender el equipo, buscar píxeles muertos en pantalla y comprobar que el sistema funciona bien. Por último, revisa que se apaga del todo y que la tapa cierra correctamente.